El nombre de Jennifer Lawrence alcanzó la fama de la mano de unos proyectos de lo más codiciados de Hollywood, primero ‘X-Men’, y después con una de las sagas más famosas del cine, ‘Los juegos del hambre’, donde interpreta a Katniss Everdeen, una mujer poderosa que se rebela contra un orden y unas normas establecidas. Unos papeles que, sin embargo, no le llevaron a alcanzar los premios, algo que si hizo ‘El lado bueno de las cosas’, convirtiéndola en la segunda actriz más joven en recibir un Premio Oscar.
Y es que ya en plena cresta de la ola, muchas son las estrellas que tienen que hacer frente a todo lo que ello conlleva, y que hizo que la actriz decidiese tomarse las cosas con más calma. En aquella época, todo era estrés y agotamiento, y Jennifer Lawrence lo sintió: “Creo que perdí la sensación de control”, ha comenzado señalando en una entrevista concedida a ‘Variety’.
El Premio Oscar a sus 22 años de edad le cambió su vida por completo, y eso le llevó a parar: “Siempre pensaba, ¿cuándo me llegará? No creo que lo haga nunca... Cuando reflexiono ahora, simplemente no puedo pensar en los años siguientes, [solo recuerdo que hubo] una pérdida de control”.
“Entre ‘Los juegos del hambre’ y ganar el Oscar, me convertí en un activo tan importante que parecía que cada decisión era una decisión de grupo. Cuando reflexiono ahora, no puedo sino pensar en los años posteriores como una pérdida constante de control”, ha añadido Jennifer Lawrence, asegurando que fue una etapa muy oscura de su vida.
Menos películas
En la actualidad, la actriz sigue brillando en la gran pantalla, pero lo que no hace es grabar tantas cintas de golpe, sino que busca los proyectos más atractivos según su percepción, y es entonces cuando ha podido tener un mayor control de su vida, incluso dando a luz a su primer hijo en febrero de este año. Y es que la última vez que fue vista en el cine fue de la mano de ‘No mires arriba’, donde coincidió con Leonardo DiCaprio.